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The political economy of development
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World indicators on the environmentWorld Energy Statistics - Time SeriesEconomic inequality

Entrevista concedida por Róbinson Rojas a Rodrigo Siderakis, director del OJO,
el 23 de agosto de 1999. Este texto es el original, exactamente como fue enviado desde Londres a el OJO.


Primera seccion: Intervención de Estados Unidos en Chile
1) Hay algo que no queda muy claro en torno al actuar de Estados Unidos en
Chile. Si bien es cierto, algunos gobiernos americanos han pedido disculpas
públicas en casos como la escandalosa intervenciones en Guatemala y han
entregado toda la información respecto a Irán contras, sin embargo, Chile ha
estado bastante lejos de una posible disculpa norteamericana. ¿Por qué
razón Estados Unidos ha mantenido tan bajo el perfil de las operaciones
encubiertas registradas en Chile?

Respuesta:
Desde la inauguracion de la doctrina Monroe a comienzos del siglo XIX cuando el gobierno de Estados Unidos declaro que el hemisferio occidental al sur del Rio Grande pertenecia al area geopolitica de Estados Unidos, todo el Caribe, America central y America del Sur se convirtieron en regiones donde los ejercitos, los partidos politicos y los presidentes o dictadores estuvieron en las manos de la aristocracia del capital de los Estados Unidos (salvo honrosas excepciones durante breves periodos en Chile, Peru, Panama, Nicaragua, Bolivia, y desde 1959 en Cuba). Los amos imperiales no piden disculpas, los amos imperiales justifican crimenes cuando los vaivenes de la politica indican que tienen que hacerlo. Quiero recordar que entre los anos 1900 y 1990, tropas norteamericanas han invadido territorios latinoamericanos MAS DE CIEN VECES. Quiero recordar que el negocio internacional de las bananas, cana de azucar, petroleo, etc. en el Caribe se construyo sobre los cadaveres de miles de centroamericanos y la pobreza de millones de centroamericanos para alimentar la riqueza de no mas de cinco companias norteamericanas, encabezadas por United Brand (antes United Fruit Company).
En una palabra, los matones internacionales, los amos imperiales, los gangsters del dolar NO PIDEN DISCULPAS…solo justifican crimenes. En el caso de Chile han estimado que nuestro pais no es importante, especialmente despues del termino de la Guerra Fria. Y eso, porque nuestro pais fue bien administrado por los sirvientes del amo imperial (los generales traidores y todos los politicos desde la democracia cristiana hacia la derecha) entre los anos 1974-1999 para servir los intereses del gran capital norteanmericano (que ahora es global, con socios franceses, espanoles, ingleses, y en algunos casos minusculos, con socios chilenos). A sangre y fuego, nuestro pais fue "pacificado" por los generales traidores para ponerlo al servicio del gran capital.
Su pregunta tiene un error: el gobierno de Estados Unidos NO HA MANTENIDO BAJO EL PERFIL DE LAS OPERACIONES|ENCUBIERTAS REGISTRADAS EN CHILE. Mas que eso, despues de la publicacion, en 1975, del informe de la Comision del Senado "Covert Action en Chile, 1963-1974", toda la opinion publica mundial estuvo en condiciones de conocer la intervencion politica, enconomica, ideologica y militar de las clases gobernantes yanquis en Chile a un nivel no conocido en otros paises. Desde esa publicacion, mas los documentos desclasificados en 1999 y decenas de trabajos periodisticos, la opinion publica mundial ha sabido como los Presidentes de Chile, especialmente Gabriel Gonzalez Videla, han estado en la planilla de pagos de La Kennecott y la Anaconda, como el partido radical dirigido por derechistas como Julio Duran y otros antes de el, era una especie de rama politica de las companias yanquis del cobre. Como la ITT soborno politicos democratacristianos, como el Presidente Frei era considerado un "asset" por la CIA. Como periodistas chilenos estaban en la planilla de pago de la CIA o la embajada yanqui (Rafael Kittsteiner, M. Gamonal, Miguel Otero Echeverria, Marcos Chamudes, Raul Gonzalez Alfaro, y otros de menor calado). Toda la literatura publicada en Estados Unidos sobre Chile desde 1970 demuestra hasta la saciedad dos cosas: el absoluto dominio de la politica y los altos mandos militares por parte de Estados Unidos, y la corrupcion y servidumbre de los politicos y altos mandos chilenos. De modo que no es un bajo perfil…es falta de reaccion de los periodistas e intelectuales chilenos por hacer estas verdades conocidas en Chile, que todavia vive bajo la sombra siniestra de los generales traidores y sus asesinos profesionales que masacraron la democracia chilena e intentaron castrarla, para servir mejor los intereses de la clase capirtalista chilena y la clase capitalista international (encabezada por el gran capital de Estados Unidos).
2) Es evidente que los últimos documentos desclasificados, podrían haber
generado grandes revelaciones en torno a temas relacionados con las
violaciones a los derechos humanos, el caso Letelier o la Operación Cóndor.
Sin embargo, los especialistas se han encontrado con la ingrata sorpresa, al
igual que otros documentos, que algunos segmentos vienen tachados con negro.
¿Cuál es el miedo de mostrar ciertas informaciones 25 años después del
golpe?

Respuesta:
No es miedo…es que los amos yanquis estan protegiendo a sus sirvientes chilenos que todavia tienen activa participacion en las fuerzas armadas chilenas y los partidos politicos chilenos…tiene que encubrir nombres y los indicios que puedan llevar a la opinion publica chilena a identificar a los lacayos (esto me hace pensar que los generales traidores chilenos y sus compinches politicos hicieron en la ultima mitad del siglo XX lo que los indios yanaconas hicieron para servir a los invasores espanoles desde 1541 en adelante…)
 
3) Llama la atención que los medios de comunicación norteamericanos tampoco
han prestado gran atención a este tema. Incluso gran parte de los periódicos
norteamericanos que en sus editoriales han hablado de la detención de
Pinochet, ni siquiera mencionan el rol que tuvo Estados Unidos en el golpe
de Estado chileno. En contraste prestan gran atención y extensos reportajes
a otros hechos similares. ¿Por qué Chile no es tomado en cuenta?

Respuesta:
La gran prensa norteamericana, como la gran prensa chilena, esta en manos del gran capital…no publicaran material que pueda danar la imagen de la gran maffia internacional del capital. Chile no es tomado en cuenta porque para la geopolitica de Estados Unidos, Chile no tiene la menor importancia. Chile fue importante para Estados Unidos solamente en los 1960 hasta 1973, cuando nuestro pueblo estaba desafiando el modelo capitalista y trato de instaurar un sistema socialista democratico con la Unidad Popular. Despues de eso, con la ayuda de los generales traidores, Chile volvio a ser el rincon sin importancia del sur del planeta. Mas ahora, cuando ni siquiera la produccion de electricidad esta en manos chilenas. Todo el sector mas dinamico de la economia chilena esta entrelazado con el capital extranjero…las venas abiertas de America Latina estan mucho mas abiertas en Chile ahora. Los generales traidores las abrieron para beneficio del gran imperio del capital.
4) Si uno se guía por los informes desclasificados, las revelaciones de
reportajes de investigación y algunas entrevistas, da la sensación que los
militares chilenos fueron utilizados por el Departamento de Estado
Norteamericano como un instrumento para derrotar a Allende. Si pudiésemos
hacer una estadística, ¿Cuál es el porcentaje de responsabilidad que le cabe
en el golpe a Estados Unidos y cuál a los militares?

Respuesta:
Esta es una excelente pregunta, que podria ser el centro de una tesis de grado para un titulo universitario en ciencias sociales. La respuesta, en general, es asi: durante la Unidad Popular todo el sistema socio-economico capitalista dependiente de los Estados Unidos fue puesto en duda por el movimiento politico en el gobierno de Allende, y la idea general fue reemplazar ese sistema al servicio de una minoria chilena y extranjera por un sistema que sirviera a la mayoria del pueblo chileno. Eso fue los que nosotros llamabamos "socialismo democratico" para diferenciarlo del "socialismo burocratico" presente en la Union Sovietica y China, con negativos efectos para esas sociedades. De este modo, dentro de Chile, la clase capitalista apreto sus filas, organizo a la clase media y trato (con exito) de arrinconar la revolucion movilizando a los sirvientes del capital en las fuerzas armadas chilenas. Por otro lado, en terminos internacionales, el ejemplo chileno era un "mal ejemplo" para el resto de America Latina, porque nuestra revolucion era "constitucional", estaba dentro de las leyes del establecimiento capitalista. En el marco de la guera fria, Estados Unidos tenia que destruir el experimento chileno.
Asi, los intereses del gran capital yanqui y del gran capital chileno fueron totalment coincidentes. De modo que Estados Unidos financio la desobediencia civil de los capitalistas y latifundistas chilenos (l
ean "Covert Action in Chile; 1963-1973", y "Estos Mataron a Allende", Robinson Rojas, Ediciones Martinez Roca, Barcelona, y Harper and Row, New York, 1974 y 1975).
Tambien, los Estados Unidos movilizaron a sus sirvientes en las fuerzas armadas chilenas y el resultado final fue una conspiracion de las clases acomodadas chilenas para destruir el poder politico de las clases trabajadoras chilenas con total apoyo financiero, militar y politico del gobierno de Washington. Desde ese angulo esta claro que el golpe de estado del 11de septiembre fue "chileno", pero los "socios" eran norteamericanos. No es muy cientifico aplicar porcentajes a fenomenos sociales, pero parafraseando los documentos de la revolucion china cuando discutieron el papel de Mao en su revolucion, yo diria que el 11 de septiembre de 1973 fue 70% de parte chilena y 30% de parte yanqui…pero 100% sirviendo los intereses del gran capital internacional. Asi, los generales no solo fueron traidores la constitucion chilena, sino tambien traidores a los intereses de la economia chilena.
5) Larry Johnson, un antiguo analista de la CIA, señaló en un programa de
CNN que la CIA había planificado un golpe que no dio resultados y que
posteriormente Pinochet actuó solo y sin el apoyo de Estados Unidos en el
derrocamiento de Allende. ¿Es creíble esa afirmación?

Respuesta:
Esto es muy bien explicado en la primera seccion de
"Covert Action in Chile: 1963-1973". Pueden consultar su texto en mi banco de datos (Rrojas Databank): http://robinson.rojas.net
6) En un principio y bajo la mirada de Kissinger, Estados Unidos apoyó a la
Junta Militar mediante hechos que saltan a la vista, como la apertura de
créditos y préstamos. Pero a los pocos años de estar gobernando Pinochet,
los americanos retroceden y finalmente comienzan a ponerle trabas económicas
a Chile, en vez de apoyar las políticas del gobierno de facto. ¿Cuál es la
razón de este distanciamiento?

Respuesta:
Una aclaracion: el gran capital yanqui nunca dejo de apoyar las politicas economicas de la dictadura. Lo que paso al nivel propagandistico fue que el gobierno de Estados Unidos tenia que mostrar una cara mas decente ante la opinion mundial, especialmente de sus aliados en Europa Occidental, donde la opinion publica estaba horrorizada con la politica genocida del dictador Pinochet, lo cual se reflejaba en los informes anuales de Naciones Unidas. Los norteamericanos no "retrocedieron", simplemente trataron de distanciarse de las matanzas y torturas de los generales traidores, pero apoyandolo para que terminara el trabajo sucio de desmantelar la organizacion politica de la clase trabajadora chilena.
7) Chile en la actualidad es un país "insignificante" en el contexto mundial
por muchas razones. Hace 30 años atrás estaba aún más ausente en el mundo.
Si dejamos de lado las razones estratégicas en torno al crecimiento que
pudiese haber tenido el Comunismo en Latinoamérica. ¿ Por qué razón hubo tal
ensañamiento por parte de Estados Unidos mediante acciones encubiertas desde
1963 en adelante?
8) William Colby, ex director de la CIA señala en una entrevista a Oriana
Fallacci en el año 1976 que la CIA tiene sus clientes y que por la seguridad
del organismo no pueden revelar sus fuentes. ¿Cuáles fueron los clientes que
tuvo la CIA en Chile?

Respuesta para las preguntas 7 y 8:
Esto ya lo conteste mas arriba. Respecto a Colby, lean mas abajo lo que publique en Espana en 1974, como apendice de la primera edicion en castellano de "Estos Mataron a Allende. ".
Segunda Seccion: Detención de Pinochet.
9) La detención de Pinochet en Londres puede ser un tema discutible desde
muchos puntos de vista, pero usted no cree que Estados Unidos es el primer
país que debiera solicitar la extradición de Pinochet por ser éste el
principal responsable de un acto de terrorismo en Washington, cuando
asesinaron a Letelier y a su secretaria?

Respuesta:
Estoy de acuerdo con la "declaracion" implicita en su pregunta. Pero, recuerde, los amos imperiales no tienen que justificar nada. Ellos hacen lo que mas les conviene en el momento, ya sea masacrar al pueblo chileno usando las manos sucias de los generales traidores, o masacrar al pueblo indonesio usando las manos sucias de los generales dirigidos por Suharto, y, finalmente, asesinando campesinos en Nicaragua financiando las operaciones militares con la venta de cocaina a los jovenes estadounidenses.
 
10) Los medios de prensa y los políticos chilenos, han dado la imagen que el
caso Pinochet tiene relevancia mundial. En la actualidad, cuál es la
percepción que tienen en Inglaterra de ello.

Respuesta:
El caso Pinochet tiene relevancia mundial no por la persona de Pinochet sino por lo que significa como el primer paso de una nueva etapa en la justicia internacional, donde los delincuentes, criminales, y asesinos no puedan escapar de la justicia huyendo a paises extranjeros. La opinion publica inglesa no tiene mucho respeto por la imagen de Pinochet. En general, ven en el otro representante de las fuerzas armadas de las republicas bananeras, y como un dictador tratando de justificar lo injustificable. En esto, los mediocres intelectuales mandados desde Chile para "hacer opinion publica" aqui han atornillado al reves, porque sus argumentos se han centrado en justificar las torturas como herramientas politicas…
11) Puede suceder que una comisión de senadores o diputados chilenos pueda
influir en la opinión pública inglesa, en la decisión del gobierno o en los
tribunales ingleses, como se trató de mostrar en Chile?

Respuesta:
Por supuesto no…la opinion que en esta parte del mundo existe sobre los politicos de un pais que tiene que mirarle las caras a los generales para gobernar es muy baja…los tribunales, gobierno y opinion publica ingleses no dan ningun credito a los politicos chilenos, especialmente a los que vienen vestidos de generales.
12)Según su perspectiva, cuál es la salida más simple para Pinochet,
entregarse a la justicia Española o esperar las razones humanitarias.

Respuesta:
No me preocupa mucho la salida que tenga un individuo que traiciono su juramento en la Escuela Militar, traiciono a su gobierno y ordeno asesinar a miles de chilenos (no hay que olvidar que el servicio de inteligencia que el comandaba adiestro perros para violar prisioneros con el fin de degradarlos)…en realidad, el general traidor no tiene alternativas…la peor es entregarse a la justicia espanola porque entonces seria juzgado por la totalidad de los casos presentes en el informe de reconciliacion nacional…lo que produciria una condena a por lo menos CIEN ANOS de carcel. Por supuesto, estan las razones humanitarias…pero cuando recuerdo que este individuo estaba a cargo de las bandas de facinerosos en uniforme que violaban y descuartizaban a prisioneros metodicamente…me dan ganas de vomitar…y las razones humanitarias se borran del cuadro.
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La parte mas importante de mi respuesta esta en el siguiente texto, que es un documento que contesta sus 8 primeras preguntas. Es un documento que ha sido traducido por publicaciones en aleman, italiano, ingles, arabe, y frances. Es importante que mis respuestas tengan este texto incluido.
 
 
Titulo: Estos mataron a Allende. Reportaje
a la masacre de un pueblo.
Autor : Róbinson Rojas
Fecha : 1a. Edición. Octubre 1974
Editor: Ediciones Martinez Roca, S.A.
Ciudad: Barcelona
Pais : Espana
ISBN : 84-270-0266-1
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Apéndice (paginas 287-299)
El Pentágono, la C. I A., Kissinger y los generales de la junta chilena
En los últimos veintidós días de septiembre de 1974 ocurrieron tres sucesos dramáticos, dos en Estados Unidos y uno en Argentina, los cuales, aparentemente desconectados entre sí, fueron, sin embargo, parte de la trama que conduce a conocer el argumento completo del
derrocamiento sangriento del gobierno constitucional de Chile en septiembre de 1973, la participación de sectores de poder de los Estados Unidos en él, y las maniobras que hoy se hacen para ocultar a los verdaderos actores estadounidenses de esa trágica pieza fascista.
Los tres sucesos son los siguientes:
1) El «New York Times», el 8 de septiembre, da a conocer pruebas irrefutables (con los Extractos del testimonio del propio jefe de la CIA) de los esfuerzos del gobierno norteamericano, entre 1970 y 1973, para derrocar al gobierno chileno de la época.
2) El presidente de los Estados Unidos, en una conferencia de prensa sostenida el 17 de septiembre, admite como válidos los esfuerzos del gobierno de su país para derrocar al extinto presidente Allende, de Chile.
3) El 30 de septiembre, es asesinado en Buenos Aires el ex comandante en jefe del ejército chileno, general de división (R) Carlos Prats González.
287
Los dos primeros sucesos dejaban en claro las siguientes cosas: La CIA gastó más de ocho millones de dólares entre 1970 y 1973 para derribar el gobierno legal de Chile, y lo hizo con el visto bueno, la aprobación y la complacencia del presidente de los Estados Unidos;
el secretario de estado Henry Kissinger aprobó personalmente el complot. El actual presidente de los Estados Unidos encuentra «moralmente» apropiado que la Casa Blanca conspire para cambiar gobiernos en otros países. Hasta aquí, todo claro, excepto por un pequeno, importante, y fundamental detalle.
No fue la CIA la que tuvo un papel fundamental en los preparativos para el derrocamiento y asesinato de Allende y posterior masacre del pueblo chileno. Al revés, la CIA cometió errores de apreciación (asesinato del comandante en jefe del ejército chileno en octubre
de 1970, general de división René Schneider) y de subestimación de la capacidad de organiza- ción del pueblo chileno (gran huelga empresarial de octubre de 1972). Errores que le costaron perder «el liderato» en el complot norteamericano para acabar con el gobierno constitucional de Santiago. Y no fue la CIA, sino el Pentágono quien convenció, sobornó y planificó, en unión con los actuales generales de la Junta fascista chilena, el asesinato de
la democracia en mi país.
Asi pues, la publicación en septiembre de 1974 de los testimonios de William E. Colby, Director de la Agencia Central de Inteligencia, dados en abril del mismo año en una audiencia top-secret del senado norteamericano, ¿para qué servia en realidad?
Notoriamente, para dos propósitos: uno, hacer de la CIA un chivo expiatorio norteamericano de la ingerencia del gobierno de Washington en los sucesos de Chile, y, dos, para «desestabilizar» la posición del Secretario de Estado Henry Kissinger en la actual politica
interna de los Estados Unidos.
Del segundo suceso no me ocuparé aquí porque corresponde a problemas internos de la politica de los Estados Unidos, que no me incumben. Pero del primero si me ocuparé, porque tiene que ver con el infierno que los generales del Pentágono, via sus títeres militares en las
fuerzas armadas chilenas, desataron en mi patria.
¿Para qué -podia uno pensar- se destapaba asi, en septiembre de 1974, el papel intervencionista de la CIA en los asuntos politicos internos de Chile? Claro, para ocultar la culpabili-
288
dad de los verdaderos protagonistas del drama: los generales del Pentágono. Y eso, porque los hechos y los dichos de los generales títeres chilenos estaban causando una tal conmoción en el mundo, incluyendo la opinión publica de los Estados Unidos, que necesariamente debía llegar el momento en que los políticos de este país tuvieran que responder a la inquietud de sus electores, sobre todo teniendo en cuenta los renovadores aires de Watergate.
En suma, para nosotros los chilenos, conocedores del interior de la trama que puso al fascismo en el cuello del pueblo chileno, estaba claro la noche del 8 de septiembre que el «nuevo Watergate» desatado por el «New York Times», señalando a la CIA y a Kissinger como
chivos expiatorios del golpe de Chile, ocultaba las manos del Pentágono en el suceso.
Dos hechos posteriores lo probaron. Uno ocurrió el 9 de septiembre, cuando Kissinger autorizó a su vocero, Robert Anderson, para decir que «el Comité de los 40 actúa solamente con la aprobación unánime de sus cinco miembros». . y que «el Comité de los 40 somete sus
decisiones a la aprobación personal del Presidente, antes de llevarlas a cabo». («The New York Times», 11 de septiembre 1974, en la crónica «Censored Matter in Book about CIA Said to Have Relate Chile Activities»). Kissinger esquivaba el bulto de dos formas: pasando la responsabilidad al caído señor Richard Nixon, y apuntando con el dedo a la composición de los cinco miembros del Comité de
los 40, organismo superior de inteligencia de los Estados Unidos...¡en el cual tienen mayoría de votos los representantes del Pentágono! Veamos la composición del Comité de los 40:
1) El señor Henry Kissinger que, por su cargo, tiene que tomar en cuenta los informes de seguridad nacional proporcionados por el Pentágono sobre cualquier tema importante; 2) el presidente del Estado Mayor General Conjunto (Joint Chiefs of Staff), es decir, el superjefe del Pentágono; 3) el subsecretario de Defensa, es decir, un funcionario directamente manejado por el Pentágono; 4) el subsecretario de Estado para asuntos políticos directamente bajo la presidencia de la República, y 5) el director de la CIA.
En suma, tal como lo pensó el asesinado presidente John Kennedy al crear el Comité de los 40 después de la frustrada invasión a Cuba de la CIA en 1961, este comité ponía a la CIA bajo la vigilancia del Pentágono y de la presidencia de los Estados Unidos...¡Y eso,
probablemente, era lo que queria señalar
289
Kissinger, a través de su vocero, el 9 de septiembre, en un intento de defenderse del Watergate que se le venía encima...! ¡señalar que si la CIA actuó en Chile, lo hizo por aprobación del Pentágono y del Presidente Nixon!
Tres semanas más tarde, vino el asesinato del ex comandante en jefe del ejército chileno, residente en Buenos Aires desde una semana después de haber triunfado la conspiración Pentágono-generales fascistas chilenos, el general de división (R) Carlos Prats González.
¿Por qué asesinar a Prats ahora? Porque Prats, como jefe del ejército chileno hasta fines de agosto de 1973, conoció las maniobras del Pentágono para derrocar a Allende, conoció el «informe Perú» del Pentágono leido a los generales chilenos en noviembre de 1972, conoció las instrucciones de jefe del Estado Mayor General Conjunto de los Estados Unidos (uno de los cinco del Comité de los 40), a los generales chilenos para derrocar el régimen constitucional de Chile, y conoció tanto todo esto, que a fines de agosto de 1973 renunció
a su cargo de comandante en jefe para no ser cómplice de la desverguenza universal que se iba a dejar caer sobre el generalato chileno a partir del 11 de septiembre.
En una palabra: el ex jefe del ejército chileno era el único testigo de graduación maxima en situación de decir que no había sido la CIA sino el Pentágono el jefe del complot para asesinar la democracia chilena. Había que asesinarlo. (Esto no es nuevo para la opinión
pública norteamericana. La lista de testigos clave asesinados a propósito de los asesinatos de John Kennedy, Martin Luther King, Robert Kennedy y otras figuras menores es interminable).
Nueve puntos
Sin embargo, es bueno acercarnos más al detalle del asunto. De acuerdo a la crónica firmada por Seymour M. Hersh, del «New York Times» del 8 de septiembre de 1974, las declaraciones
del señor Colby (director de la CIA), el dia 22 de abril, al Subcomité de Inteligencia sobre los Servicios Armados de la Camara de Representantes, podrían resumirse en nueve puntos fundamentales:
1.0 Las operaciones de la agencia, desde 1970 hasta 1973, fueron consideradas como una prueba para la técnica de utili-
290
zar fuertes pagos en efectivo a fin de derribar un gobierno considerado como antagónico para los Estados Unidos.
2.0 El señor Colby afirmó también que todas las operaciones de la agencia contra el Gobierno Allende fueron aprobadas por adelantado en el Comité de los 40 en Washington, un organismo secreto de alto nivel para la inteligencia dirigido por el secretario de Estado Kissinger
(...es decir, el Comité de los 40, en el cual tiene mayoría de votos el Pentágono, autorizó a la CIA su intervención de apoyo a las maniobras del Pentágono para poner a los generales títeres chilenos en el poder, destruyendo la democracia chilena).
3.0 El testimonio del señor Colby indica que altos funcionarios en el Departamento de Estado y la Casa Blanca engañaron repetida y deliberadamente al público y al Congreso acerca de la magnitud de la acción de los Estados Unidos al introducirse en los asuntos internos de Chile durante los tres años del gobierno del doctor Allende (los recientes sucesos de Watergate no hacen de este hecho una novedad para el público norteamericano).
4.0 El señor Colby testimonió que 500.000 dólares fueron autorizados secretamente por el Comité de los 40 en 1970 para ayudar a las fuerzas anti-Allende. Otros 500.000 dólares fueron proporcionados a las mismas fuerzas en 1969, dijo el señor Colby. (Esto tiene que
ver con el primer gran fracaso de la CIA en Chile contra Allende, en octubre de 1970, cuando el Pentagono debió intervenir incluso para exigir a Nixon que ordenara a la CIA desistir de su descabellado plan para impedir que Allende fuera ungido presidente en el
Congreso chileno, el 24 de octubre de ese año).
5.0 Testimonió que habían sido autorizados 350.000 dólares por el Comité de los 40 en un fracasado esfuerzo para sobornar a miembros del Congreso chileno. El soborno era parte de un complot mucho más complicado cuyo fin era desconocer los resultados de la elección
(presidencial), aseguró el señor Colby, pero todo el plan, aunque inicialmente aprobado por el Comité de los 40, fue más tarde rechazado por impracticable. (Es una verdadera lástima no contar en la actualidad con un testigo responsable del Pentágono, para saber si esta historia de los sobornos se repitió con los generales que actualmente mantienen al pueblo chileno bajo la bayoneta.)
6.0 El director de la CIA también dijo que después de la elección de Allende, el Comité de los 40 autorizó cinco millo-
291
nes de dólares para mayores esfuerzos de «desequilibrio» en 1971, 1972 y 1973. Una cantidad adicional de un millón y medio fue proporcionada para ayudar a los candidatos anti-Allende en las elecciones generales del año pasado. Algunos de esos fondos fueron proporcionados, testimonió el señor Colby, a un periódico influyente anti-allendista en Santiago, al cual no identificó (a partir de 1972, esta parte del trabajo de la CIA se hizo en concordancia con el trabajo del Pentágono: mientras la CIA «desequilibraba», el Pentágono «equilibraba» a los generales chilenos en torno al plan para destruir la democracia chilena. La CIA hacia el trabajo sucio público, mientras el Pentágono hacia el trabajo sucio secreto.)
7.0 El señor Harrington (representante demócrata por Massachusetts que reveló el testimonio Colby en carta del 18 de julio de 1974) señaló que «se proveyeron fondos a personas, Partidos politicos y medios de comunicación en Chile, a través de canales en otros países,
tanto en America Latina como en Europa... La descripción de esas operaciones por parte del señor Colby fue directa, aunque no hasta el punto de identificar los contactos y conductos reales», añadió el señor Harrington.
8.0 El señor Harrington citó al señor Colby testimoniando que el Comité de los 40 autorizó un gasto de un millón para actividades de «un mayor desequilibrio politico» en agosto de 1973, un mes antes de que la junta militar se hiciera con el poder en Santiago... «Todo el
plan autorizado en agosto fue cancelado cuando ocurrió el golpe militar menos de un mes más tarde», escribió el señor Harrington. Agregó que, sin embargo, el señor Colby había testimoniado que habían sido gastados 34.000 dólares de esos fondos, incluyendo un pago de
25,000 dólares a una persona para comprar una radioemisora... (Esto demuestra cómo el Pentágono, por encima del Comité de los 40, y por lo mismo, por encima del Presidente Nixon, llevaba adelante su propio complot en Chile, sin contarle a nadie los detalles... ¿Cómo se llama esto? ¿Un estado dentro de otro estado? ¿Una especie de gobierno militar-industrial más arriba de la Casa Blanca cuando es necesario?)
9.0 Complementando las declaraciones del señor Colby, los reporteros del «New York Times» consultaron a funcionarios de gobierno y obtuvieron esto: «en el período antes del golpe», dijo un funcionano, «en el Comité de los 40 había el convencimiento absoluto.. de que el
gobierno Allende estaba destinado a desmoronarse y que era necesario desacreditarlo en todos los
292
aspectos... El Departamento de Estado apoyaba esto, pero de un modo diferente... La discusión era entre aquellos que deseaban usar la fuerza y terminar rapidamente con él (el gobierno chileno) y los que deseaban que se desmoronara solo. Henry Kissinger estaba del lado de los primeros...
Todos los funcionarios entrevistados pusieron énfasis en que la Agencia Central de Inteligencia no fue autorizada para jugar ningún papel directo en el golpe que derrocó a Allende». (Este punto es muy importante. Prueba que Kissinger actuaba según había decidido
el Pentágono ya en noviembre de 1972 -derribar a Allende con un golpe militar dirigido por los generales chilenos al servicio del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, que el Departamento de Estado no sabia del «plan duro» del Pentágono, y que el Comité de los 40, manejado por el Pentágono, había prohibido a la CIA entorpecer con acciones directas el complot altos mandos Estados Unidos-Chile en marcha ininterrumpida desde fines de 1972).
En suma, Kissinger, el Departamento de Estado y la CIA, aunque cómplices en el derrocamiento del gobierno constitucional de Chile, jugaron un papel secundario en comparación con el Pentágono, director verdadero de toda la trama.
¿Quién gobierna a quién?
En Chicago, el 16 de septiembre de 1970, cuando Kissinger era funcionano del Pentágono, es decir era asesor de Nixon para asuntos de seguridad nacional, dijo, de acuerdo al «New York Times» del 11 de septiembre de 1974:
«...La asunción de Allende (a la presidencia) en Chile presentará masivos problemas para nosotros, y en verdad para todo el hemisferio occidental... ustedes tendrán un gobierno comunista en un país principal latinoamericano, junto a, por ejemplo, la Argentina, que está profundamente dividida... a Perú, que ha estado ya caminando en direcciones dificiles de tratar... y Bolivia, que ha ido en una dirección más a la izquierda, más anti Estados Unidos... Estamos siguiendo de cerca la situación. Y ella no es una en la cual sea muy grande nuestra capacidad para influir...»
El señor Kissinger, en esta apresurada declaración hecha sólo doce días después que Allende ganara las elecciones presidenciales chilenas, cometió dos errores que sus jefes immedia-
293
tos en asuntos de seguridad no cometieron: primero, Kissinger calificó a Allende de comunista, lo cual estaba muy lejos de la realidad, tanto, que pocas semanas después el propio Pentágono estuvo
de acuerdo con el informe de los generales chilenos acerca de que Allende podía hacer un gobierno que aplacara el ardor revolucionario del pueblo chileno, impidiendo, precisamente, la revolución social en Chile... las esperanzas del Pentágono fueron frustradas por el empuje del pueblo chileno, y en noviembre de 1972 cambió de opinión y estimó que no había otra salida...para la seguridad de los Estados Unidos... que estrangular la democracia burguesa en Chile.
Segundo, Kissinger señaló públicamente el itinerario de los «esfuerzos» de las fuerzas monopólicas que gobiernan en Washington para cambiar gobiernos en America Latina: Argentina, Perú, Bolivia, Chile. Hoy, cuatro años más tarde, cada lector puede sacar sus propias cuentas, tanto en gobiernos derrocados como en conspiraciones frustradas con la marca made in USA.
Pero, vamos a la esencia del asunto, ¿por qué el Pentágono ordenó a los generales chilenos asesinar a Allende y a la democracia burguesa chilena? Para impedir por medio de ese asesinato real e histórico, aunque transitoriamente, que el pueblo chileno hiciera la revolución social y se liberara del control quc sobre él tienen los grandes consorcios multinacionales con casa matriz en Estados Unidos. Dicho de otro modo, los generales chilenos, al derrocar a Allende, lo hicieron para proteger, primero, los intereses de grandes empresas monopólicas norteamericanas, y, segundo, los intereses de grandes empresas monopólicas chilenas.
Los hechos posteriores al 11 de septiembre de 1973 prueban esto, y hacen comprender por qué el Pentágono, complejo militar estrechamente ligado a los intereses monopólicos de los grandes consorcios norteamericanos, fue el jefe de toda la conspiración.
Quince días después del golpe militar, el 26 de septiembre de 1973, los generales chilenos piden al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos un préstamo de 24 millones de dólares para comprar trigo. Era el mayor credito pedido en la historia de Chile para ese propósito al gobierno de Washington. El 24 de octubre... menos de treinta días después... fue concedido. Veinte días mas tarde, el 14 de noviembre, el mismo Departamento de Agricultura concede un préstamo de 28 mi-
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llones de dólares a los generales chilenos, para comprar maíz, en los Estados Unidos, por supuesto.
Es bueno saber que durante el período de Allende, tres años, ese departamento yanqui le concedió prestamos por tres millones de dólares. A los generales, en dos meses, 52 millones de dólares.
El 9 de noviembre, es decir, cinco días antes, el Manufacturers Hannover Trust de Nueva York presta 24 millones de dólares a los generales «para compra de artículos de consumo habitual».
El dia 2 de marzo de 1974, el ministro de Economia de los generales, Fernando Léniz, en el periódico «El Mercurio» señala que «ya hemos concretado los siguientcs préstamos: 95 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional; 10 millones de la AID; 13 millones del Banco
Mundial; 93 millones del Banco Interamericano de Desarrollo; otros 50 millones del BID prometidos para septiembre, y uno adicional del mismo banco de 24 millones de dólares para 24 meses»... y que «existen varias operaciones crediticias en marcha con empresas del area privada de Estados Unidos y otras naciones».
El 6 de abril, «El Mercurio» informa que el EXIMBANK ha otorgado garantía para los créditos de empresas privadas norteamericanas a Chile a corto y mediano plazo, y el general de brigada Eduardo Cano, presidente del Banco Central de Chile, dice que «la decisión de EXIMBANK muestra la confianza de la comunidad financiera internacional en las favorables perspectivas de la
economía chilena»...
Al parecer, la «comunidad financiera internacional» so refiere a los Estados Unidos. Es cuestión de sacar las cuentas. 285 millones de dólares de las alegres cuentas de Léniz, más 52 millones del
Departamento de Agricutura y 24 millones del Hannover Trust, hacen 360 millones de dólares para los generales chilenos en seis meses.
Hay que comparar estas cifras del Banco Central de Chile: préstamos de la misma categoría en 1967: 124 millones de dólares; en 1968: 304 millones de dólares; en 1969: 263 millones de dólares; en 1970: 148 millones de dólares; en 1971: 45 millones de dólares; en 1972: cero; en 1973, hasta el derrocamiento de Allende, cero.
Hay más cifras. Como la petición de la Junta al BID, en mayo de 1974, por 297 millones de dólares adicionales. Como las nuevas inversiones de consorcios como Dow Chemical, Ge-
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neral Motors, Ford Motor y ADELA, como los pagos de indemnización por 42 millones de dólares para la Cerro Corporation (el gobierno derrocado había fijado en 31 millones esa indemnización), y de 253 millones de dólares a la Anaconda (Allende habia fijado una «indirecta» de 770 millones de dólares en conjunto con la Kennecott Corporation y nada en forma «directa».
La junta fue generosa «con la comunidad financiera internacional» y dio 253.000.000 de indemnización «directa» adicional a la «indirecta».
Pero no so trata de abrumar al lector con cifras. Só1o un ejemplo más que resume la pregunta de ¿quién gobierna a quién? respecto a la junta militar chilena. Este ejemplo:
En la edición del 26 de junio de 1974, página 4, del diario santiaguino «La Tercera», se leía la siguiente noticia:
«Con la asistencia del Presidonte de la Junta de gobierno, general Augusto Pinochet Ugarte; el almirante José Toribio Merino, miembro de la Junta, y el ministro de Relaciones Exteriores, vicealmirante Ismael Huerta, fue inaugurada en la tarde de ayer en el edificio Diego Portales la reunión que sostienen autoridades del gobierno y representantes del sector privado de nuestro país con 168 empresas afiliadas a la Business International Corporation»... «dio la bienvenida... el general Augusto Pinochet, expresando: "Es muy significativo para nosotros que tan importante organización internacional de hombres de negocios haya decidido organizar esta convención en nuestro país"... y agregó: "En pocos días más será legalizado el estatuto del inversionista, lo que orientará y alentará a miembros de ustedes a invertir en el país CON LAS SEGURIDADES QUE
POCAS NACIONES EN EL MUNDO DE HOY PUEDEN OFRECER"...»
Y Pinochet tenía razón ¡y de qué manera!
Al día siguiente, 26 de junio, Eldridge Haymes, presidente ejecutivo de la BIC (que reunió en Santiago a delegados de corporaciones como la Dow Chemical, Wells Fargo Bank, General Electric, General Motors, Gulf Oil, IBM, Monsanto, ALCAN Aluminium, y 50 otros distinguidos
miembros del negocio multinacional), dijo: ...«con respecto al Pacto Andino el grupo internacional ha expresado objeciones a uno de los artículos, el número 24»... «uno de los principales intereses del grupo visitante es conocer el Estatuto del Inversionista Extranjero.
Mientras no sea aprobado será dificil para cualquiera de las
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empresas del Grupo adoptar una decisión final sobre sus proyectos en Chile».
Dos días más tarde, después de cuatro reuniones entre el grupo BIC de consorcios multinacionales y los cuatro integrantes de la junta Militar, el almirante José Toribio Merino, declaró: «...creemos
que, objetivamente, la Decisión 24 no favorece, como era su propósito, el crecimiento acelerado de la región».
Menos de quince días después, el 11 de julio de 1974, los generales de la Junta publicaron el Estatuto del Inversionista Extranjero, en el cual se daba libertad absoluta a los capitales (naturalmente de las empresas multinacionales) para sacar ganancias del país, invertir «en igualdad de condiciones con los capitalistas chilenos», y no tener limitación en los sectores en que entrarían. Todo esto, contra la Decisión 24 del Pacto Andino. que fijaba un plazo de 15 años para
nacionalizar las empresas de capital extranjero y un tope de 14 % para el traslado de utilidades al exterior. Fue un escándalo para el resto de los firmantes del Pacto Andino, Bolivia, Peru,
Ecuador, Colombia y Venezuela. La Junta Militar se vio obligada a enviar una misión especial a esos países, y en el diario «La Opinión», de Buenos Aires, del 5 de septiembre, reproduciendo las
actividados de la misión chilena en Colombia, se escribía: «Los enviados chilenos justificaron la adopción de la medida en virtud de la angustiosa situación económica por que pasa su país y pidieron comprensión para estos pecados veniales...». Fue sólo el comienzo. En la reunión de Lima, en septiembre pasado, de los países del Pacto Andino, el gobierno militar chileno fue criticado tan acremente por los otros miembros, que la delegación chilena abandonó la reunión.
Este episodio demostraba como los generales chilenos habían destruido la democracia en mi país para garantizar al gran capital monopólico de los Estados Unidos sus negocios allí ...Y a qué costo... El 1 de septiembre de 1974, el abogado británico John Platts Mills, laborista, después de estar 15 días en Chile, declaraba: «El grado de represión y horror vigente en Chile supera al que reinó en Alemania en la época de la dictadura de Hitler» («La Opinión», Buenos Aires, 2 de septiembre 1974).
Y el Pentágono seguia prestando apoyo irrestricto y confidencial a los generales chilenos a su servicio. El 14 de mayo, según declaraciones a «El Mercurio» de Santiago, el embajador en
Washington de los militares insurrectos, general Walter Heitman, decia: «...Las relaciones entre Chile y los Esta-
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dos Unidos son excelentes... hay un manifiesto deseo de ayudarnos a resolver nuestros problemas. Las autoridades estadounidenses han demostrado ésto con hechos».
Si. Como, por ejemplo, la gigantesca cantidad de armas proporcionada por el Pentágono a los jefes del fascismo en Chile. De acuerdo a una denuncia del periodista chileno Hernán Uribe Ortega, en el diario «Excelsior» de México y reproducida en «La Opinión» de Buenos Aires el 11 de septiembre de 1974, más de 200 millones de dólares en armas han salido de los almacenes del Pentágono para los generales chilenos.
Esta es la lista: 24 cazabombarderos de ataque A-4-D Skyhawk; 18 a 24 cazas F-5-E Tiger II; 18 a 24 Cessnas T-37 y A-37-B; 24 aviones de entrenamiento primario tipo T-41-C Cessna; dos destructores provistos de cohetes mar-aire y mar-tierra, mar-mar; dos submarinos convencionales; dos barcos de desembarco de tropas tipo LST o LSM; un número indeterminado de tanques M-60 y de fusiles M-16 (AR-55) y otras armas menores.
La publicación de esta lista no fue desmentida por la Junta fascista chilena, y se limitó a despojar de la nacionalidad chilena al periodista Uribe. La pregunta es: ¿Tiene el Congreso norteamericano
alguna idea de estos 200 millones de dólares en armas proporcionados por el Pentágono a los generales fascistas chilenos? ¿Para qué se está armando el gobierno títere del Pentágono de Chile?
¿Acaso para atacar al Perú, bajo pretexto de diferencias fronterizas, y hacer para el Pentágono el trabajo sucio de derribar el actual gobierno del Perú? No hay que olvidar las palabras de Kissinger aquí citadas. Según esas palabras el Pentágono ya resolvió los problemas de hacerse de gobiernos títeres en Bolivia y Chile... Le faltan Perú y Argentina. No sería una novedad histórica que militares traidores a su patria le hagan el juego a una potencia extranjera, por medio de
guerras entro países pequeños.
Y ocurre que el Pentágono manejó el golpe fascista en Chile a partir de un «informe de inteligencia» enderezado contra un protendido «revanchismo» del actual gobierno peruano. Ocurre que los generales chilenos al servicio del Pentágono han atizado una violenta campaña antiperuana a través de sus escribas en los diarios «El Mercurio» y «La Tercera», de Santiago. Es como para pensar que algo grande preparan en el cono sur de nuestra América los generales del Pentágono por medio de sus peones militares en Chile, Pinochet, Merino, Leigh y Mendoza. ¿Será una novedad el hecho de que el Pentágono esté preparan-
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do una guerra en algún punto del globo y el Congreso de los Estados Unidos no tenga la menor idea? Los hechos señalan que así está ocurriendo. Y señalan también como el Pentágono está tratando de
cubrir su retirada en el caso del golpe militar chileno, desviando la atención, como único culpable, a la CIA y su jefe en el Comité de los 40, Henry Kissinger, en circunstancias que el verdadero director de la orquesta estuvo y está en el gigantesco Ministerio de Defensa de cinco lados de los Estados Unidos.
6 de octubre de 1974
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(Versión electrónica preparada por Elena La Valle)

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Fin de la entrevista concedida a Rodrigo Siderakis, de el OJO, en Chile


The Crimes of the Chilean Generals